"Forma musical ideal" (vs. "forma musical real") puede entenderse como una relación resultante de una operación de formalización (distributiva o atributiva) de composiciones materias (términos). Cuando la formalización es distributiva, "cotejamos" varias composiciones, por ejemplo varias fugas positivas, y vemos lo que tienen "de común", lo que "predomina en ellas", etc., y obtenemos así una fuga modelo (representada también sobre el papel, no mental o "ideal", y que funciona como arquetipo). Cuando la formalización es atributiva, tomamos una fuga positiva, o bien una fuga modelo y cambiamos algunas de sus partes, por ejemplo "simplificándola" con una finalidad didáctica, y obtenemos así una fuga escolástica (entendiendo aquí "escolástico" como "didáctico").
En "forma musical ideal" se confunden ambas operaciones de formalización, además de sugerirse una "idealidad" mental, subjetiva, cuando los arquetipos de forma musical son corpóreos, objetivos (están en un manual de contrapunto, por ejemplo). Ambas cosas pueden ser evitadas por este medio.
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