16/12/20

Conservatorios de grado superior y recursos (artículo de periódico, año 2016/17)

“¡Músicos, nos han degradado!” Así fue la bandera cuando tan poco nos duraron las mieles de ofrecer grados universitarios los conservatorios de grado superior en España. Claro que entonces ya aparecieron Julios Césares, y decían: “No, pueblo de Roma, vosotros equivaldréis a todos los efectos a la titulación universitaria. Solo será el nombre la diferencia”. Gracias al César que tan bondadosamente nos trata, ahora he sido consolado. Venga pues el César, que nos trata con bondad, y saque ahora a esta mujer de su ignorancia, ya que me impide acceder gratuitamente a los Uffizi por no ser universitario; ahora aprenderá. ¿Cómo, amigo César, que tiene razón la afortunada? ¿No soy universitario? Pero, amigo César, no puede ser cierto esto que dices, cuando yo sé que hoy llamamos grado al Grado en Magia e Ilusionismo, del Real Centro Universitario María Cristina, o: ¿acaso puede entrar gratuitamente a los Uffizi un estudiante de Ingeniería Agrónoma y no un estudiante de Musicología de Conservatorio, un estudiante de las artes, como arte es lo que encontraría si entrase? Pero veamos, amigo César, si equivale a todos los efectos a un grado universitario, imagino que entonces tendrá el Conservatorio una dotación económica equivalente, una buena biblioteca, instalaciones acondicionadas... ¿no es así? Pero esto no puede ser, cuando mi Conservatorio solo con muchas penurias paga una bibliotecaria a horario muy reducido. Amigo César, este año solo hemos podido conseguir 200 euros para nuestra biblioteca; ¿cómo vamos así a tener libros que estudiar? Tampoco podemos usar la Biblioteca Universitaria -no nos lo permiten- porque no somos estudiantes universitarios. Claro que no hace falta, como tú nos dices, porque nuestro Conservatorio es un centro de pro, y un lugar de lujo; el otro día paseaba por un pasillo y vi en una pared escrito: “esta pared fue fecha en pintura por su muit aguisada magestad Alffonso el Castelano”. ¿Cuántos pueden estudiar paleografía viendo una inscripción que fue fecha en la pared cuando se la pintó por última vez en el siglo XI? Además, las estorias narran cómo nuestro Conservatorio, en realidad, tuvo una biblioteca que fue comparable en rollos a la de Alejandría cuando se construyó nuestro edificio en el siglo I a.C.; solo que los rollos ya se habían desintegrado hacia el siglo V y ahora no tenemos nada, pero aún debemos agradecer. Cierto que no tenemos becas ni nada que se le parezca, pero tienes razón, amigo César: ¿Cómo si el caudal del mar no crece con el correr de los ríos puedo yo pedir que me concedan becas? Además, aquel rector de la Universidad de Granada que denunció, al Tribunal Supremo, que un Conservatorio no podía ofrecer títulos universitarios, ¿cómo podría yo pensar que tenía intereses ocultos más allá que defender la Ley? ¿Cómo pretendería yo que la Universidad pueda tener intereses económicos ocultos en impedir que un Conservatorio se le pueda parecer? ¿Iba a temer que se dividiera su presupuesto a la larga? Claro que no, que los hombres virtuosos solo defendían la Ley, ¿verdad, amigo César? Yo lo creo, pero he encontrado una letra pequeña en la Ley que dice así: “los títulos ofrecidos en un Conservatorio Superior y los obtenidos en una Universidad son iguales a todos los efectos, pero algunos títulos son más iguales que otros”.

Daniel Alarcón, 2o de Musicología en el Conservatorio Superior de Música de Murcia.

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