28/3/21

«Técnica musical» vs. «musicalidad»

I. Exposición de una teoría popular: 

La distinción «técnica»/«musicalidad» es una oposición finalista de medios (técnica) y fines (musicalidad): «la técnica no es un fin sino un medio para la música». Esta concepción de «técnica musical» está además generalmente vinculada con el expresivismo estético individual en tanto que presume que la música (y el arte en general) es una forma de «expresión» y/o «comunicación» de las emociones y sentimientos que «lleva dentro» el músico, y donde la técnica aparece entonces como el medio para «expresar» con la música esos sentimientos, en su caso para entender los sentimientos expresados por el compositor en la composición y ser capaz de reproducirlos, siendo esto precisamente el fin de la música y su esencia o «musicalidad». 

II. Crítica de la teoría (a petición de Petrus): 

a. Al finalismo musical: Medios/fines es una oposición funcional (sincategoremática) de orden psicológico-cognitivo, esto es, no puede ser tomada como una distinción enteriza sino que depende de la escala que se presume ejercitada en la prolepsis operatoria (intención con la que se actúa) de un sujeto, según la cual un medio pasa a ser un fin o un fin pasa a ser un medio de un fin segundo. En efecto, si un sujeto X compone una secuencia acórdica T-S-D-T ésta puede ser tomada tanto como «fin», cuando la considera en tanto que unidad de sentido dialéctico completo (proposición: T - contraposición: S, D - resolución: T); o como «medio», cuando la considera en tanto que inserta en una estructura mayor, por ejemplo «forma sonata», donde tendría la función o sería el medio de asentar la tonalidad principal al inicio de la exposición en una unidad también de sentido dialéctico completo (proposición: exposición - contraposición: desarrollo - resolución: recapitulación), sólo que a mayor escala; o, más aún, como medio para ganar el dinero que le ofrece el editor por las sonatas, o el cabildo catedralicio por el magisterio de capilla, o bien el dinero es a su vez un medio para comer, o bien comer es un medio para mantener la salud, o para cualquier otro fin, musical o extramusical que se atribuya a un compositor, sin que esto tenga siempre un significado objetivo directo (su público no lo conoce ni tiene por qué conocerlo para apreciar el sentido de esa obra).

b. Al expresivismo estético individual: La concepción de la música como expresión de las emociones del compositor está involucrada hasta cierto punto en la génesis productiva de las composiciones del romanticismo y postromanticismo musical; en cambio, resulta mucho más difícil presumir que repertorios distintos de éste satisfagan algún tipo de funcionalidad expresiva. En efecto, la unidad de una sonata doméstica para tecla, de una corranda de Chambonnières o de un tiento de Cabezón no están dadas estructuralmente en función de emociones o sentimientos expresados por el compositor sino más bien en función de forma sonata, contrapunto imitativo, etc. Hay que circunscribir la idea de expresión, entonces, no tanto a la estructura de las composiciones (en la que más bien ésta se segrega, no está presente) como a su génesis, y no en todos los casos, en la medida en que cuando los músicos componen o tocan música involucran una serie de prolepsis operatorias (unos fines correlativos a unos medios dependiendo de escala, fines operantium, de expresión o de otro tipo, quizá simplemente de «componer una buena sonata») que no obstante no necesariamente tienen una correspondencia exacta con el contenido objetivo de lo que producen (fines operum), y en la medida en que si el público es capaz de reconocer esos contenidos involucrados es porque están objetivamente institucionalizados, es decir, en la medida en que para una sociedad histórica dada, y no siempre para otra distinta de aquella, una determinada técnica «representa» (no «expresa») «melancolía», «alegría» etc. etc.

c. Reconstrucción de la oposición: La música es una técnica; se puede reinterpretar extensionalmente «musicalidad» definiéndola en función de la dialéctica. En efecto, lo que se refiere -emic- como «mecánico», «sin vida», «sin musicalidad», «puramente técnico» no es tanto aquello que está falto de espíritu o expresión como -etic- lo que está falto de dialéctica, de contraposición y resolución de tensiones conforme a un sentido y unidad global de la obra. Por ejemplo, cuando un músico produce una sonata metronómicamente, sin inegalité, sin matices dinámicos ni cambios de articulación, sin fraseo, etc. lo que resulta de ello es un conjunto distributivo de notas faltas de la unidad que le da precisamente la dialéctica, es decir, cuando las partes se contraponen unas a otras formando un todo complexo con un sentido global y que se estructura a diversa escala desde pequeñas a más grandes dimensiones, siendo esto (y no una expresión subjetiva) en lo que consiste de hecho la verdadera maestría de la técnica musical.

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