Textos originales publicados en comentarios de Facebook
I. Réplica de José Ramón Esquinas Algaba:
Tal y como la defines. ¿Qué diferencia una invasión de la entrada ilegal de inmigrantes? ¿Está México invadiendo Estados Unidos? Por otra parte, no toda queda claro si la coacción es una acción propositiva ("buscada intencionalmente", esto es, buscada por grupos o Estados con planes y programas específicos) o teleológica no propositiva, esto es, el resultado no buscado de una serie de acciones. Y esta no es una cuestión filosófica abstracta, es lo que permite su valoración política exacta en la dialéctica de Estados. Por otra parte, presupongo que según dicha definición las llamadas "invasiones bárbaras" en la historiografía sobre el fin del Imperio Romano no fueron tales invasiones ya que dichos bárbaros no eran ciudadanos de ninguna sociedad política. Parece que has definido ad hoc lo que sea invasión y no de modo dialéctico. No digo que esté bien o mal, sino que tu definición se opone a otras definiciones a las que tienes que dar batalla criticándolas ya sea porque tu definición las incluya, ya sea porque las niegues como metafísicas. Por ejemplo, la de Pedro Insua. Si no hay un control efectivo del territorio de otro Estado o ni siquiera se busca ese control efectivo, entonces que quiera cambiar los planes y programas es secundario (para definirla como invasión). También se utilizan otras vías, como la diplomática, las maniobras militares pensadas más en el vecino que en tí mismo, etc. Dicho de otro modo: ¿lo que está ocurriendo en Ceuta y Melilla no es más bien una provocación con fines geopolíticos y no una invasión? Porque si de hecho fuera una invasión, estariamos ante un casus belli y España deberia declarar la guerra a Marruecos y hasta ahora ni Vox se atreve a eso por más retórica de la invasión que utilice. Si se toma en serio que es una invasión, sólo queda la guerra como respuesta.
II. Contrarréplica del presente autor:
1. En primer lugar, estado del debate: Pedro Insua propone la siguiente definición en su cuenta de Twitter: «Un "ataque", o una "invasión", políticamente hablando, significa la penetración de una soberanía en otra, atravesando sus fronteras (sea con acción militar o no)». Ahora bien, tal y como he argumentado también en Twitter esa definición es problemática principalmente por razón de que si la soberanía es un atributo esencial (relativo o absoluto, podemos segregar esa cuestión) los atributos esenciales no son actantes, es decir la «soberanía» no tiene capacidad de agencia como para «penetrar en otra soberanía».
2. El alcance político lo tiene en la medida por la cual la armadura reticular de una sociedad política dada (la «sociedad política» en su sentido estricto como contrapuesto diaméricamente a la «sociedad civil» o «armadura basal») está causalmente involucrada en el proceso de penetración coactiva; en efecto, «político» se dice en primer analogado del Estado, y del Estado principalmente de la armadura reticular constituyente suya. Por tanto, el problema migratorio de Estados Unidos en relación a México no satisface los requisitos de definición; en efecto, los civiles que inmigran (ilegalmente aunque no coactivamente hasta donde tengo entendido) no lo hacen en virtud directa de una acción de la armadura reticular del Estado de México sino «por cuenta personal propia». Esto es lo que lo diferencia del caso que ocupa la temática de mi artículo de blog.
3. No he definido ad hoc «invasión» sino que lo he contrapuesto a otras alternativas posibles. Pues bien, en caso de no categorizarlo como invasión, ¿cómo deberíamos denominarlo? Pedro Insua propone en su cuenta de Twitter, de nuevo, categorizarlo como «conflicto diplomático». Sin embargo, tal y como también he argumentado allí, un conflicto diplomático es por ejemplo el «¿por qué no te callas?» del rey Juan Carlos a Hugo Chávez. Pero es evidente que aquél y éste son fenómenos de distinto género. Otras alternativas son «crisis migratoria» (cuyo descarte ya está justificado en el artículo), «crisis humanitaria» o «crisis climática» (opciones dos cuyo rechazo justifica las mismas razones aducidas para «crisis migratoria»).
4. La coacción no depende en principio de la finalidad propositiva (en cuanto a finis operantis, aunque sí en cuanto a finis operis). Yo puedo no tener la conciencia reflexiva o intención (prólepsis operatoria) de estar coaccionando a alguien a hacer algo y sin embargo estar haciéndolo de hecho.
5. Las sociedades bárbaras que invadieron Roma sí que eran sociedades políticas al menos en su primera fase conforme a la taxonomía de Bueno (como sociedades protoestatales).
6. «Provocación» tampoco me parece una categorización válida del fenómeno. Al menos en su uso tradicional es una categoría psicológica antes que política (en efecto, es un individuo el que «provoca» a otro haciéndole algo que le disgusta por ejemplo).
Final: Creo que dadas estas razones quedan contestadas las objeciones pertinentes que planteas en tu réplica. Salud.
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