14/6/20

Glosa a «Gustavo Bueno es el mejor filósofo de todos los tiempos»

El problema de la valoración de los diversos filósofos de la historia de la filosofía (x fue mejor filósofo que y pero menos que z) es que muchos quieren que se fundamente sobre criterios formales (popularidad, influencia..., a veces dirán «importancia»).

Y estos criterios son formales porque pretenden mantenerse al margen de los contenidos específicos y propiamente filosóficos de sus tesis, restringiéndose así a parámetros de índole histórico-sociológica (doxográficos o filológicos, en definitiva).

Frente a una valoración material, y no formal, crítica (filosófica y ya no doxográfica), que toma partido y lo hace desde la referencia a un sistema filosófico presupuesto, que es el que da la cota de verdad, o al menos de solidaridad (frente a terceras tesis), como criterio de valor de la filosofía de un filósofo determinado.


Y, en este sentido, todo filósofo que desempeñe su filosofía crítica desde el sistema que da la cota de verdad al valorador, será necesariamente mejor filósofo que cualquier otro filósofo previo o coetáneo que se desenvuelva en otras coordenadas.

Por esa razón, que Chuliá afirme que Gustavo Bueno es «el mejor filósofo de todos los tiempos» no es ninguna afirmación gratuita, sino que presupone una valoración material y no meramente formal, que toma partido por criterios de verdad y solidaridad desde un sistema de referencia (el Materialismo Filosófico, en este caso).

No puede, por razones esenciales, haber filomaterialista («gustavobuenista») que no afirme tal cosa como la que Chuliá afirma. Y si acaso no afirmase tal cosa, habríamos de decir que, al usar de criterios formales (popularidad, influencia, quizá «innovación»), cuando niegue ser Bueno el mejor filósofo de todos los tiempos, no lo negará como filósofo crítico, sino como doxógrafo en ese caso.

En palabras del propio Bueno (1996, p. 385):

[...] será preciso distinguir los valores formales de los valores materiales; pues el valor formal (es decir, el valor reconocido, estimado como tal) [...] puede no coincidir con el valor material (que es el valor genuino). El valor formal, cabría decir, tiene la «forma» del valor, pero puede ser un pseudovalor: el valor ilusorio (formal) del oro de El Dorado fue el motivo que determinó la constitución de las múltiples empresas organizadas para explotarlo.

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